Durante estos casi 9 meses de gobierno de la derecha empresarial, queda en evidencia que en materia educacional, las políticas de cambios y reformas están elaborada desde la tecnocracia de economistas e ingenieros que ponen en prácticas de los preceptos del capitalismo de Milton Friedman: el mercado debe regular todas las material de la vida de las personas sin intervención del Estado.
El publicitado anuncio, por parte del presidente de la derecha empresarial, Sebastián Piñera, de los “revolucionarios cambios en educación” para el Lunes 22 del mes de Noviembre, no son más que acción tendientes de poner en práctica postulados explicitados en la década de los 90 por su, hermano José Piñera. Desde la perspectiva de la derecha, empresarios y parte importante de los integrantes de la Concertación (los cuales pavimentaron el camino que cosecha el actual gobierno), La llamada Educación Pública, sustentada en los principios de gratuidad, democracia y laicidad, implementada en la segunda mitad del siglo XX por los gobiernos socialdemócratas y su profundización en el Estado Docente, actualmente tienen una mirada radicalmente diferente en aquellos que crean, escriben, aprueban e implementan las políticas educacionales.
Para las actuales autoridades políticas y partidos políticos de centro derecha, los establecimientos educacionales particulares financiados por parte del Estado (conocidos como particulares subvencionados), “cumplen una función pública”, por lo cual son ellos los llamados a transformarse en la “nueva Educación Pública”. Dicha mirada de la educación que debe promover un disminuido y tecno burocratizado Estado, tiene su mirada hacia los requerimientos que la globalización imponen a los países de un débil desarrollo económico y social: técnicos de mediana especialización, capaces de adaptarse a una realidad de incertidumbre social y flexibilidad laboral.
Además, de esta nueva concepción de lo que entienden por Educación Pública, la necesidad de flexibilizar el campo laboral de los docentes municipales (el cual tiene flexibilización con la ley SEP, la evaluación docente y otros articulados legales introducidos sutilmente), no tienen un origen hacia mejorar las prácticas pedagógicas (como mediáticamente “opinólogos” explicitan), más bien se busca poner en sintonía con el sistema capitalista desregulado, el mercado laboral docentes, donde la flexibilidad laboral es un elementos fundamental.
Con estas dos medidas de principio ideológico neoliberal: la función pública desplazada a los particulares y el término de la estabilidad laboral docente, el gobierno anterior y especialmente el actual han buscado demostrar que lo privado contiene por si sólo calidad y mejoramiento garantizado.
Basta sólo con observar como la prensa, la televisión y diferentes personas poco a poco hacen parecer a la educación municipal débil como aquella que concentra “las malas prácticas de aula”, pero dichas opiniones y las seudo investigaciones periodísticas no dan cuenta de los factores asociados al deterioro de la educación pública municipal (al parecer intencionadamente).
Desde la puesta en práctica de la municipalización, en la década de los 80, hasta la actualidad la gran mayoría de los municipios carecen de las habilidades necesarias para gestionar los establecimientos educacionales. Sólo en aquellas comunas donde hay un ingreso económico importante y que tienen establecimiento “emblemáticos” que son parte de una educación pública de elite, hay una mejor administración. Sin embargo, en la generalidad para muchos municipios la educación es desde un inicio un problema que no les interesa solucionar.
Durante los 20 años de gobiernos de la concertación, diversos actores sociales solicitaron situar a la Educación Pública, bajo una visión republicana de integración, gratuidad, tolerancia y democracia (como fueron los planteamiento de CENDA o la OPECH), sin embargo, dichas solicitudes no fueron escuchadas, incluso el movimiento secundario de 2006 fue manipulado mediáticamente para desviar los temas por los cuales miles de estudiantes se habían movilizado: Educación gratuita y de calidad garantizada por el Estado.
Actualmente, estamos en presencia de un proceso de mercantilización, donde la educación es un producto que se puede transar en el mercado, en el cual aquellos que posean mayor condiciones socioeconómica tendrá la opción de matricular a su hijo en establecimientos que aseguren social y culturalmente la entrega de “competencias” necesarias para este modelo económico. Por otra parte, aquellas familias de menores ingresos tendrán que conformarse con las posibilidades de pago, en establecimiento vinculados de fundaciones o congregaciones religiosas, los cuales buscarán imponer sus visiones ideológicas particulares, generando una sociedad fragmentada sin una mirada de país.
De ser efectiva las modificaciones en educación propuestas por el gobierno, será el primer país donde el Estado será sólo una instancia que regulará a los privados en materia educacional, abandonando la mirada integradora que durante siglos ha cumplido.
Estamos ante lógicas que tienen un trasfondo ideológico (aunque lo mimeticen con la manoseada “calidad de la educación”). Por lo cual, se hace de vital importante dar cuenta de una mirada sistémica de la educación, reconociéndola como un derecho humano esencial de las personas, el cual puede tener mejora reales para la gran mayoría de las personas si las condiciones de educabilidad están cubiertas social, económica y culturalmente por el Estado.
Estamos en presencia de un cambio en educación que no sólo orienta sus acciones hacia la privatización de esta, además establece una ausencia total de participación los actores directamente involucrados, estableciendo “paneles de expertos” que imposibilitan reconocer las diferentes miradas en un tema fundamental para el quehacer de las sociedades.
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